Según datos de Naciones Unidas, máss de 690 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema (con menos de 2,15 dólares al día), y casi la mitad de la población mundial vive con menos de 6,85 dólares al día, es decir 4 mil millones de personas aproximadamente viven con esa cantidad si tomamos como referencia que Worldometer contabiliza que en tiempo real se puede estimar una población de 8.2 mil millones de personas en el mundo.
La ONU señala que estas cifras que dejan a muchos a solo un golpe de distancia de la miseria.
La pobreza no es una realidad fija: muchas familias entran y salen de ella, a veces solo por un tiempo. Por eso, es tan importante prevenir que alguien caiga en la pobreza como ayudar a quienes ya están atrapados en ella, señala en su sitio web.
En este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre), se pretender recalcar que acabar con la pobreza es una cuestión de dignidad, justicia y pertenencia, no solo de ingresos. El tema de este año destaca una de las vertientes más difíciles de ver de la pobreza: el maltrato social e institucional que sufren las personas que viven en la pobreza. Esto se consigue garantizando un apoyo respetuoso y eficaz a las familias, con un objetivo claro: dar prioridad a los más desfavorecidos y crear instituciones que ayuden a las familias a permanecer unidas, prosperar y forjar su propio futuro.
Las familias que viven en situación de pobreza suelen enfrentarse al estigma y al rechazo precisamente en los lugares donde deberían recibir apoyo, como en las escuelas, clínicas, oficinas de asistencia social o servicios de protección infantil. Madres solteras, familias indígenas y otros grupos históricamente discriminados denuncian maltratos, injusticias y deshumanización que minan su autoestima y destruyen su agencia personal, lo que en ocasiones lleva a situaciones de separación familiar, con consecuencias emocionales y sociales duraderas para niñas, niños y padres, apunta la ONU.

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