Crisis Limonera en Apatzingán

El asesinato de Bernardo Bravo expone la crisis de extorsión que asedia a los limoneros en Apatzingán

El clima de inseguridad en la Tierra Caliente de Michoacán se recrudeció esta semana con el hallazgo del cuerpo de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA).

Bravo, una de las voces más activas contra el control criminal del sector limonero, fue asesinado el pasado lunes 20 de octubre. El homicidio está directamente vinculado a la sistemática extorsión o «cobro de piso» impuesta por grupos del crimen organizado a productores, empacadores y cortadores de limón en la región.

Bravo había liderado diversas protestas y paros de labores en meses anteriores para exigir la intervención de las autoridades federales y estatales. El caso ha generado una fuerte reacción. El mismo lunes, fuerzas federales lograron la detención de Rigoberto «N», alias «El Pantano», identificado como un jefe operativo de una célula delictiva dedicada a la extorsión en Apatzingán y señalado como presunto autor intelectual del asesinato.

A pesar de la detención, los productores han retomado actividades bajo un ambiente de miedo e incertidumbre, temiendo represalias tras la muerte de su líder. El conflicto del limón sigue siendo un reflejo de cómo la delincuencia organizada ha logrado infiltrarse en la cadena de producción, elevando los costos y manteniendo en jaque la principal actividad económica del Valle de Apatzingán. Las autoridades han prometido justicia y han reforzado la seguridad en el tianguis limonero y las carreteras locales.

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