Isla del Espíritu Santo en BCS, Patrimonio de la Nación

La isla del Espíritu Santo se ubica en el Mar de Cortés, también conocido como Golfo de California, tiene una extensión de 80 mil 763 kilómetros cuadrados.

A finales de la década de los noventas fue adquirida por el empresario mexicano y filántropo Manuel Arango Arias con la intención de salvarla y protegerla de desarrollos comerciales. Posteriormente fue donada al gobierno mexicano que la declaró Patrimonio Nacional para su protección y conservación.

Como antecedente la Isla Espíritu Santo tomó su nombre en 1631 de los jesuitas, quienes ya recolectaban perlas en el sitio y la bautizaron con el nombre actual. Anteriormente, fue descubierta por Hernán Cortés en 1534, quien la llamó «Isla de las Perlas».

Entre las especies nativas están el lobo marino de california, coyote, liebre de cola negra, cangrejo violinista, pelicanos, tortugas y tiburones.

Aguas cálidas de color turquesa

A lo lejos aparece una isla, en el camino puntas de roca emergen del mar, cobijan al lobo marino, la presencia del humano parece no importarles, solo el sol que calienta sus cuerpos, algunos de ellos muestran cicatrices de batallas pasadas.

Conforme el navío se acerca a la playa sus aguas cambian de tonalidad, de un azul profundo a un azul turquesa, tan suave y transparente que se puede observar el fondo del mar, su color se absorbe en las alas del pelícano que baja del vuelo para posarse en sus aguas.

Parece otro mar, una lancha nos espera para trasbordar y llegar a la playa de la isla, el color se vuelve cada más transparente y cálido. Algunos pequeños cangrejos violinistas corren y se esconden en sus pequeñas cuevas, asoman solo su gran tenaza.

La playa se convierte en una secuencia de formas de roca, extrañas formas que se encuentran y trazan caminos, cardones que se erigen como guardianes en el tiempo. Una cabeza de cabra aparece en la orilla, blanca como la sal, permanece ahí, solitaria…

Un pelícano inmóvil sobre un montículo de piedra. Los visitantes permanecen un tiempo, toman el sol, disfrutan de las aguas cálidas del Mar de Cortés, parten para no volver…

Comparte nuestras notas:

Puede que te hayas perdido